Lentamente, tomo la copa de vino que humedeció esos bellos labios rojos como la guinda de rojo vivo que
se encuentra al borde de la copa, lentamente, bajo la
copa, me pareció una eternidad, porque sabía lo que me diría, sabía que el
tiempo había terminado, que el tic tac del reloj se detenía en una fracción de
la eternidad dentro del bar, aquel viejo bar de luces tenues y ambiente nublado
por el humo del cigarrillo, al fondo una suave música y los ebrios de mirada perdida, supe en ese momento que la vida es solo una fracción de tiempo, me
observo por un instante con sus ojos cafés claros, pintados de azul cielo, una
lagrima de fantasía adorno su mejía, me dijo con vos suave
como lo había repasado en su espejo de
media luna , “ADIÓS, TODO FUE
HERMOSO PERO TERMINO”, lentamente se levanto de la silla y dejo ver su silueta
perfecta, girando sobre esos altos tacones de zapatos de charol negro, camino a la salida sin voltear a ver, y se perdió para siempre en la multitud de la gente, solo
quedo en la vieja mesa del bar, la copa,
la guinda y la mancha de pintura roja de
sus labios que una vez bese y en mi una tristeza que duro el tiempo de un cigarrillo, de repente mi vista se levanto y en la entrada
de ese viejo bar, entro una bella mujer que en mi existencia pudiera ver y como
poseído por el mas fuerte hechizo, lentamente me levante con dirección a donde se encontraba
ese ser que me atraía con su radiante mirar, de delgados labios rojos que me
recordaban algo del pasado que no recordaba con exactitud.
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