El cuervo se subió a la moto,
esa moto alada que siempre quiso y ahora tiene, de color negro como la noche de
invierno, estilo chopper brillante como la luna llena, el cuervo sobre su moto
vuela libre por las calles, no importa el tráfico pesado de las horas pico,
mejor si se ha tomado algunas cuantas cervezas.
Y vuela, vuela como el cuervo
con su chumpa de cuero negra y su moto alada de renegado sin causa, vuela aun
mas alto con el alcohol circulándole por las arterias , un día quiso volar alto,
un poco de polvo en el pavimento le hizo patinar y callo como a la velocidad
que iba. El destino le jugo una broma y fue a caer literalmente en manos
de la policía, los agentes del orden corrieron a socorrerlo de su estruendosa
caída, pero al verlo notaron que el de la moto alada estaba ebrio, el conductor
sin como poder escapar tuvo que reconocer
su gran error, así que golpeado, ebrio y humillado tuvo que suplicar por su
libertad.
La moto alada era prisionera de
su propia conducta y como escapar de su semejante situación, todo estaba en su
contra, el cuervo se vio así mismo en una jaula donde toda su libertad había
muerto por unos cuantos tragos, así que el renegado sin causa, volador de fantasía
recibió de los jueces policiacos, quienes tomaron la justicia entre las manos, llegando al veredicto, después de recibir una
cantidad de billetes, dejar en
libertad a la moto alada y a su piloto el cuervo renegado sin causa,
naturalmente después de escuchar una serie de sermones de moralidad. El cuervo
subió a su moto alada y se
perdió en el horizonte.
En una tienda de venta de licor, intento comprar más cerveza, pero algo lo detuvo pensaba que se merecía lo que le había ocurrió
y que no es correcto conducir en ese estado, hoy había tenido suerte, mañana
quizás su libertad estaría tirada a la basura.
Ahora el cuervo, vuela en su
moto alada en plena libertad en una ciudad donde la justicia, no es impartida
por el hombre sino el resultado de los actos y que tarde o temprano se cae.
El cuervo guarda de su caída un
dolor en el orgullo, una cicatriz y la experiencia de lo que no se tiene que
hacer, así que vuela alto cuervo renegado, muy alto pero sobrio.
autor: Martin Cabañas
autor: Martin Cabañas
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