jueves, 6 de noviembre de 2014

Labios rojos

Lentamente, tomo  la copa de vino que humedeció  esos bellos  labios rojos como la guinda de rojo vivo que se encuentra al borde de la copa, lentamente,  bajo  la copa, me pareció una eternidad, porque sabía lo que me diría, sabía que el tiempo había terminado, que el tic tac del reloj se detenía en una fracción de la eternidad dentro del bar, aquel viejo bar de luces tenues y ambiente nublado por el humo del cigarrillo, al fondo una suave  música y los ebrios de mirada perdida,  supe en ese momento  que la vida es solo una fracción de tiempo, me observo por un instante con sus ojos cafés claros, pintados de azul cielo, una lagrima de fantasía adorno su mejía,  me dijo  con vos suave como lo había repasado en su  espejo de media luna , “ADIÓS, TODO FUE HERMOSO PERO TERMINO”, lentamente se levanto de la silla y dejo ver su  silueta perfecta, girando sobre esos altos  tacones  de  zapatos de charol negro, camino  a la salida sin voltear a ver, y se  perdió  para siempre en la multitud de la gente, solo quedo en la vieja mesa del bar,  la copa, la guinda y  la mancha de pintura roja de sus  labios que una vez bese y en mi una   tristeza que duro el tiempo de un  cigarrillo,  de repente mi vista se levanto y en la entrada de ese viejo bar, entro una bella mujer que en mi existencia pudiera ver y como poseído por el mas fuerte hechizo, lentamente  me levante con dirección a donde se encontraba ese ser que me atraía con su radiante mirar, de delgados labios rojos que me recordaban algo del pasado que no recordaba con exactitud. 

martes, 21 de enero de 2014

Meybol

Como en viejos años, Ya no la he vuelto a ver, 
Quizás no la valore,  nunca le di las gracias,
Se fue y pienso en ella, pienso que la encuentro en la calle,
La abrazo como un recuerdo imborrable de ayer,
Ella me reconocerá con los años, yo si la reconoceré con su belleza,  
Como viejos años, la extrañe, la juventud era intensa.
Como años han sido jamases que no la he vuelto a ver,
Como años ha sido mi arrepentimiento,
Se fue mi amiga y compañera de bares y clubes,
Nunca me pidió más que un poco de afecto a gotas,
Mas el licor corría a chorros,
Quedando soledad después de una fiesta de fantasía.
Como años han sido las flores, que nunca le di,
Que se marchitaron en la tienda de antigüedad,
Su vida  mil años de felicidad,
Mi vida  mil años de viejos recuerdos
Como años fueron las copas que tomamos,
Hoy solo queda la botella vacía, ya no mas se lleno,
Porque como años me ha acompañado dentro del corazón,
Como en aquellos tiempos de reloj roto.
En el momento, nos dimos como años lo que nos teníamos que dar,  
Como años  corre el río de adiós, que el tiempo jamás volverá,
Y como años, ella no se que será.
Pero hoy, abro el viejo corazón
Como la alcancilla rota de niño
Y saco ese viejo y humedecido recuerdo, 
Para soltarlo al cielo, Como globo que se lleva el viento
Me libero de años viejos, De pasados lejanos,
Y me quedo solo, sin recuerdos, sin nostalgias,
Liviano para seguir el camino de años nuevos.  


domingo, 5 de enero de 2014

El cementerio fantasma

El cementerio ubicado en la avenida del cementerio, de la zona triste, de la ciudad de Guatemala.
De prisa entra el padre con su hija al cementerio porque en unos momentos lo cerraran, al igual que al sol le restan unos minutos de vida, en esos últimos momentos el hombre quiere hacer, lo que pudo haber hecho antes, mientras tanto en el cementerio sopla un viento suave, refrescante que se filtra entre los viejos mausoleos arrastrando las hojas secas, tiene que llevar ese pequeño ramo de flores a su esposa muerta, es una promesa personal, es un cargo de conciencia que quiere limpiar, camina de prisa sumergido en su pensamiento, casi jalando a su hija, la niña está contenta, ella se siente en paz, le atrae ese lugar donde ve a personas de blanco caminar y sonreír,  la niña quisiera quedarse y compartir con los niños que ríen y juegan, el padre la jala con fuerza a la niña, que no se quede atrás, llegan a la parte final del cementerio, el padre sube una escalera de madera para colocar las flores, la niña se queda sola por un momento, se le acerca la pálida señora, le sonríe, en sus ojos se ve la tristeza de la soledad, llama a la niña como queriéndosela llevar a ese mundo de silencio y no continuar con su soledad, la niña le pregunta ¿quien es usted?, no hay respuesta solo se escucha como un lamento de muerte el silbido del viento entre los arboles,
baja el padre de la escalera de colocar las flores, agarra la mano de la niña y regresan, el hombre por un momento ve una silueta de la esposa muerta, voltea a ver, no hay nada, llegan a la puerta, el padre siente temor de salir y enfrentarse a los vivos, él también en cierto momento sintió esa paz de la muerte en el interior del cementerio fantasma.

autor: Martin Cabañas