Uno entre un millón,
no es nada, se perdió en el olvido de su propia conducta, un inadaptado, un
auto desterrado de la sociedad, quiso volar como las aves del cielo, sus caídas
fueron cada vez más grandes, quiso saber el porqué de su existencia, de su naturaleza,
de su objetivo en la vida, busco las respuestas por las calles, callejones,
ciudades, bosques, cuevas, valles, montañas, camino y camino sin encontrar la
respuesta, solo encontraba hambre, ambición, vicio, muerte, traición, por fin el
silencio, la nada, un silencio de paz interior que se transformo en amor, llego
de repente como queriéndolo consolar, fue un regalo, algo inesperado, era la clave de lo que había
buscado por todos los caminos de la existencia mundana, llego como
una fuerza universal que le atravesó el corazón, le dio
la llave de la anhelada respuesta, siempre la llevo consigo, estaba en su
interior. Bajo las alas y pudo descansar por primera vez, sabía que había
llegado a la meta y que de ahora en adelante la vida sería diferente, nada de
que temer, nada de que odiar, porque incluso el sabia que el también era La Nada.
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