lunes, 16 de febrero de 2015

El Camino

      Por alguna razón él sabía que a ella no la volvería a ver, por mucho tiempo, ella lo acompaño en un trecho agradable del camino, en  tardes soleadas, en tardes lluviosas y en algunas tardes frías de noviembre tomaron  café en conversaciones en donde solo existían  los dos, pero como a veces suele suceder las cosas cambian, los acontecimientos de la existencia se desarrollan a lo  largo del camino pedregoso y fangoso de la vida, él  en particular  no creía  que la vida  fuera como una autopista donde el vehículo de última generación  corre silencioso deslizándose suave hasta llegar a su objetivo, como en los anuncios de la televisión, él cree que la vida es  un camino pedregoso y lodoso donde se transcurre la caminata a pie, tropezándose y levantándose con la ropa lodosa y durante el trayecto se limpia o se ensucia más, así que lentamente se  acercó a la  mejía derecha de su amiga, para darle el beso de despedida  y le susurró al oído, “nos vemos después”, realmente él  quiso tener una relación más directa, más estrecha, mas intima, con su amiga, pero ella más sabia, mas consiente del problema a que se iban a  meter y  consiente de los resultados, porque al  final se  iban a herir y a herir a otras personas y quizás, él sería el gran perdedor  y hoy en día han trascurrido varios noviembres  y   ella aún vive en la  mente de él, en esas noches de desvelo, en  días de trabajo,  los caminos de la vida son retorcidos y se bifurcan en puntos menos esperados,  muy debes en cuando él la llama por teléfono para saludarla y en dos ocasiones  se han  juntado  a tomar  café, a platicar viejos recuerdos, pero la bifurcación de los caminos los separa más y más, es un camino divergente y solo él será y ella será  un recuerdo del caminante, algún día, en algún lugar él se encontrara a ella, se saludaran, se  alegraran de verse, el corazón se les torcerá  y por cortesía se preguntaran si todavía tienen el mismo número telefónico,  y continuaran el camino, porque las vidas de él y ella   están comprometidas y en algunas tardes frías de noviembre, él saborea una pequeña taza de café pensando en el sabor dulce amargo que eleva el espíritu, piensa que ella es la cafeína para el alma, un recuerdo  volátil de humo de café, que se saborea por sorbos pausados, lo caliente se toma despacio  para que perdure en el paladar de la mente, no más de dos tazas, la intoxicación lo echa a perder, el  recuerdo es  dulce amargo para no acelerar la ceniza del olvido que llegara, en esas  tardes él toma la taza de café que le acerca a  ella, que no está, pero existe y vive en el sabor del olvido.

martes, 27 de enero de 2015

La Celda

Me doy a conocer con usted, Señor,
Para que nos entendamos y comprendamos  mejor,
Me siento bien en el área de aislamiento,
No me gusta estar molestando,
Excepto que sea por algo  grave o muy necesario,
No me gusta llamar la atención
Tampoco mentir, parecer víctima o victimaria,
Soy  como soy con todos los defectos del mundo, pero,
No me gusta el chisme, ni la falta de respeto, sin dar pauta,
No me gusta el abuso, la indiferencia, el acento golpeado,
La discriminación, la envidia,
No me gusta la preferencia,

Me gusta la reciprocidad,
Me gusta mi  celda, oscura, fría
Como la libertad de la soledad
Cuando viajo por  mundos interiores
Lejanos y hermosos llenos de luz y flores
Con aromas frescos llevados por el viento suave,
Me gusta mi celda, mi escape, mi condena
El tiempo terminara y dejare las cuatro paredes
Pero en la realidad, estuve por lejanos mundos
En grandes y verdes campos
Acompañada de usted, Señor
Al cual me doy a conocer
El mundo del hombre me condeno
Pero es falso como la oscuridad y frialdad
De esta pequeña celda en donde me encerró
Mi mundo es amplio y delicado
Sin acento golpeado, Señor.

Escrito por Sandy, habitante de  otro mundo,
actualmente encerrada en una celda oscura y fría
en algún lugar lejano de Guatemala 

autor : Martin Cabañas


jueves, 1 de enero de 2015

La Nada

     Uno entre un millón, no es nada, se perdió en el olvido de su propia conducta, un inadaptado, un auto desterrado de la sociedad, quiso volar como las aves del cielo, sus caídas fueron cada vez más grandes, quiso saber el porqué de su existencia, de su naturaleza, de su objetivo en la vida, busco las respuestas por las calles, callejones, ciudades, bosques, cuevas, valles, montañas, camino y camino sin encontrar la respuesta, solo encontraba hambre, ambición, vicio, muerte, traición, por fin el silencio, la nada, un silencio de paz interior que se transformo en amor, llego de repente como queriéndolo consolar, fue un regalo,  algo inesperado, era la clave de lo que había buscado por todos los caminos de la existencia mundana,  llego como  una fuerza universal que le atravesó el corazón,   le dio la llave de la anhelada respuesta, siempre la llevo consigo, estaba en su interior. Bajo las alas y pudo descansar por primera vez, sabía que había llegado a la meta y que de ahora en adelante la vida sería diferente, nada de que temer, nada de que odiar, porque incluso el sabia que el también  era La Nada.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Labios rojos

Lentamente, tomo  la copa de vino que humedeció  esos bellos  labios rojos como la guinda de rojo vivo que se encuentra al borde de la copa, lentamente,  bajo  la copa, me pareció una eternidad, porque sabía lo que me diría, sabía que el tiempo había terminado, que el tic tac del reloj se detenía en una fracción de la eternidad dentro del bar, aquel viejo bar de luces tenues y ambiente nublado por el humo del cigarrillo, al fondo una suave  música y los ebrios de mirada perdida,  supe en ese momento  que la vida es solo una fracción de tiempo, me observo por un instante con sus ojos cafés claros, pintados de azul cielo, una lagrima de fantasía adorno su mejía,  me dijo  con vos suave como lo había repasado en su  espejo de media luna , “ADIÓS, TODO FUE HERMOSO PERO TERMINO”, lentamente se levanto de la silla y dejo ver su  silueta perfecta, girando sobre esos altos  tacones  de  zapatos de charol negro, camino  a la salida sin voltear a ver, y se  perdió  para siempre en la multitud de la gente, solo quedo en la vieja mesa del bar,  la copa, la guinda y  la mancha de pintura roja de sus  labios que una vez bese y en mi una   tristeza que duro el tiempo de un  cigarrillo,  de repente mi vista se levanto y en la entrada de ese viejo bar, entro una bella mujer que en mi existencia pudiera ver y como poseído por el mas fuerte hechizo, lentamente  me levante con dirección a donde se encontraba ese ser que me atraía con su radiante mirar, de delgados labios rojos que me recordaban algo del pasado que no recordaba con exactitud.