Por
alguna razón él sabía que a ella no la volvería a ver, por mucho tiempo, ella lo
acompaño en un trecho agradable del camino, en tardes soleadas, en tardes lluviosas y en algunas tardes frías de
noviembre tomaron café en conversaciones
en donde solo existían los dos, pero
como a veces suele suceder las cosas cambian, los acontecimientos de la
existencia se desarrollan a lo largo
del camino pedregoso y fangoso de la vida, él en particular no creía que la vida fuera
como una autopista donde el vehículo de última generación corre
silencioso deslizándose suave hasta llegar a su objetivo, como en los anuncios
de la televisión, él cree que la vida es un camino pedregoso y lodoso donde se
transcurre la caminata a pie, tropezándose y levantándose con la ropa lodosa y
durante el trayecto se limpia o se ensucia más, así que lentamente se acercó a la mejía derecha de su amiga, para darle el beso
de despedida y le susurró
al oído, “nos vemos después”, realmente él quiso
tener una relación más directa, más estrecha, mas intima, con su amiga, pero
ella más sabia, mas consiente del problema a que se iban a meter y consiente
de los resultados, porque al final
se iban a herir y a herir a otras
personas y quizás, él sería el gran perdedor
y hoy en día han trascurrido varios
noviembres y ella aún vive en la mente de él, en esas noches de desvelo, en días de trabajo, los caminos de la vida son
retorcidos y se bifurcan en puntos menos esperados, muy debes en cuando él la llama por
teléfono para saludarla y en dos ocasiones se
han juntado a tomar café, a platicar viejos recuerdos, pero la
bifurcación de los caminos los separa más y más, es un camino divergente y solo él
será y ella será un
recuerdo del caminante, algún día, en algún lugar él se encontrara a ella, se saludaran, se alegraran de verse, el corazón se les torcerá y por cortesía se preguntaran si todavía
tienen el mismo número telefónico, y continuaran el camino, porque las vidas
de él y ella están comprometidas y en
algunas tardes frías de noviembre, él saborea una pequeña taza de café pensando
en el sabor dulce amargo que eleva el espíritu, piensa que ella es la cafeína para el alma, un recuerdo volátil de humo de café, que se saborea por sorbos
pausados, lo caliente se toma despacio para que perdure en el paladar de la mente, no
más de dos tazas, la intoxicación lo echa a perder, el recuerdo es dulce amargo para no acelerar la
ceniza del olvido que llegara, en esas tardes él toma la taza de café que
le acerca a ella, que no está, pero
existe y vive en el sabor del olvido.
lunes, 16 de febrero de 2015
martes, 27 de enero de 2015
La Celda
Me doy a conocer con
usted, Señor,
Para que nos entendamos y
comprendamos mejor,
Me siento bien en el área de
aislamiento,
No me gusta estar
molestando,
Excepto que sea por algo grave o muy necesario,
No me gusta llamar la atención
Tampoco mentir, parecer víctima
o victimaria,
Soy como soy con todos los defectos del mundo, pero,
No me gusta el chisme, ni
la falta de respeto, sin dar pauta,
No me gusta el abuso, la
indiferencia, el acento golpeado,
La discriminación, la
envidia,
No me gusta la
preferencia,
Me gusta la reciprocidad,
Me gusta mi celda, oscura, fría
Como la libertad de la
soledad
Cuando viajo por mundos interiores
Lejanos y hermosos llenos
de luz y flores
Con aromas frescos
llevados por el viento suave,
Me gusta mi celda, mi
escape, mi condena
El tiempo terminara y
dejare las cuatro paredes
Pero en la realidad, estuve por lejanos mundos
En grandes y verdes campos
Acompañada de usted, Señor
Al cual me doy a conocer
El mundo del hombre me
condeno
Pero es falso como la
oscuridad y frialdad
De esta pequeña celda en
donde me encerró
Mi mundo es amplio y
delicado
Sin acento golpeado, Señor.
Escrito por Sandy, habitante de otro
mundo,
actualmente encerrada en una celda oscura
y fría
en algún lugar
lejano de Guatemala
autor : Martin Cabañas
autor : Martin Cabañas
jueves, 1 de enero de 2015
La Nada
Uno entre un millón,
no es nada, se perdió en el olvido de su propia conducta, un inadaptado, un
auto desterrado de la sociedad, quiso volar como las aves del cielo, sus caídas
fueron cada vez más grandes, quiso saber el porqué de su existencia, de su naturaleza,
de su objetivo en la vida, busco las respuestas por las calles, callejones,
ciudades, bosques, cuevas, valles, montañas, camino y camino sin encontrar la
respuesta, solo encontraba hambre, ambición, vicio, muerte, traición, por fin el
silencio, la nada, un silencio de paz interior que se transformo en amor, llego
de repente como queriéndolo consolar, fue un regalo, algo inesperado, era la clave de lo que había
buscado por todos los caminos de la existencia mundana, llego como
una fuerza universal que le atravesó el corazón, le dio
la llave de la anhelada respuesta, siempre la llevo consigo, estaba en su
interior. Bajo las alas y pudo descansar por primera vez, sabía que había
llegado a la meta y que de ahora en adelante la vida sería diferente, nada de
que temer, nada de que odiar, porque incluso el sabia que el también era La Nada.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Labios rojos
Lentamente, tomo la copa de vino que humedeció esos bellos labios rojos como la guinda de rojo vivo que
se encuentra al borde de la copa, lentamente, bajo la
copa, me pareció una eternidad, porque sabía lo que me diría, sabía que el
tiempo había terminado, que el tic tac del reloj se detenía en una fracción de
la eternidad dentro del bar, aquel viejo bar de luces tenues y ambiente nublado
por el humo del cigarrillo, al fondo una suave música y los ebrios de mirada perdida, supe en ese momento que la vida es solo una fracción de tiempo, me
observo por un instante con sus ojos cafés claros, pintados de azul cielo, una
lagrima de fantasía adorno su mejía, me dijo con vos suave
como lo había repasado en su espejo de
media luna , “ADIÓS, TODO FUE
HERMOSO PERO TERMINO”, lentamente se levanto de la silla y dejo ver su silueta
perfecta, girando sobre esos altos tacones de zapatos de charol negro, camino a la salida sin voltear a ver, y se perdió para siempre en la multitud de la gente, solo
quedo en la vieja mesa del bar, la copa,
la guinda y la mancha de pintura roja de
sus labios que una vez bese y en mi una tristeza que duro el tiempo de un cigarrillo, de repente mi vista se levanto y en la entrada
de ese viejo bar, entro una bella mujer que en mi existencia pudiera ver y como
poseído por el mas fuerte hechizo, lentamente me levante con dirección a donde se encontraba
ese ser que me atraía con su radiante mirar, de delgados labios rojos que me
recordaban algo del pasado que no recordaba con exactitud.
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