martes, 31 de diciembre de 2013

REVELACIÓN

Soy débil y me  escude en la bebida,  pasaban los días los meses,  los años engañándome de ser feliz,  inconscientemente  pedía a Dios, un Dios lejano que me sacara de mi alcoholismo, pero me aferraba mas a mi enfermedad, rezaba y tomaba, nunca me pude haber imaginado en aquellos oscuros días que yo el bebedor iba a conocer la luz de su amor, ahora entiendo que no es necesario ver para creer, porque la vista te engaña y tu mente justifica lo que no entiende pero si se siente o  se toca para mi es mucho más que ver con los ojo, porque se siente en el corazón el dulce amor de Dios, Ahora soy fuerte no por mi sino por su presencia.  Me siento afortunado por recibir el don del amor,  comprendo que Dios está con migo y que nunca me abandono, yo fui el que siempre estuvo separado de él. La fuerza del universo es la que me gobierna, Porque yo no tengo voluntad por mi mismo sino por ella. Me dejo llevar por el viento como las nubes sin meta ni objetivo, sino por el propósito que Dios tiene para mí.
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Te vi a los ojos y supe que el universo es luz, que nada es imposible, que la tristeza, la soledad y la muerte es mentira, que la vida es  alegría y abundancia.
Te vi a los ojos y supe que Dios es amor y las pistolas con sus fogonazos azules es tristeza, miedo vacio del alma.
Te vi a los ojos y supe que la felicidad esta en mi interior, que me conduce a la cordura  y los ríos corren a la libertad debajo de los inmóviles puentes.
Te vi a los ojos y supe que se puede ascender a la montaña mientras el plástico continuo en el barranco.
Te vi a los ojos y supe que el silencio del espacio con sus soles y lunas es la perfecta paz, el  ruedo del pensamiento perturba,
Encontré fuerza en tu mirar.
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noche radiante, mes de viento, año del principio que nunca se olvida, su nombre quedo grabado en el cruzar de la historia, su vida el amor, su palabra la verdad, su muerte  resurrección, legado de misterio en el corazón que busca la semilla de la verdad, se hace libre,   los ojos de los ciegos, la voz del que no la tiene y la alegría del espíritu, su nombre más que yerba fresca, más que cielo con estrellas, más que mar abierto, su voz  la canción de la esperanza que abrió la puerta de la tierra al cielo,  hoy la vida tiene sentido al hijo que busca el mensaje del padre para encontrar  su propósito, no estoy solo y nunca lo estuve, para esto naci, llega el principio del fin que es la renovación del ser, más que flor del campo,  vida que se hace vida en espiral ascendente,  silencio en el todo para escuchar el llamado.

 
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Acepto el camino que tu me das, no es mi gusto no es mi aburrimiento de escoger mi deseo sino que estoy dispuesto a aceptar lo que tu quieras que yo sea, yo ya no soy yo, sino soy  tu presencia así que acepto tu salvación  y tu camino es mi camino y sin mas protestar acepto todos los retos y contradicciones que vendrán sabiendo que no estaré solo, porque soy como el niño o  la oveja guiada por donde me lleva el pastor o el querido maestro.

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Gracias Dios mío por ese hermoso amor
Estoy profundamente agradecido,
Como no agradecer si tu me amaste primero,
Mi corazón se inundo del dulce amor
Que inmortaliza  mi mortalidad,
Gracias por sentirte, por guiarme y estar con migo,
No lo merezco,  fui un pecador
Pero tu a pesar  de todo me amaste,
Como no corresponderte si tu lo hiciste primero,
Me sacaste de la oscuridad por donde andaba de tumbo en tumbo
A la luz radiante de tu existencia,
Te siento, te respiro y capto tus mensajes en el diario vivir
Mi Dulce amor, mi señor, que brota de la nada y al mismo tiempo de todo,
Dulce amor del  cual me  aferro como niño,
Fuerza universal que  me hace vibrar cada una de las  células
Ver un mundo diferente,  esperanzador, confortable y seguro,
amor de miel, que endulza los sentidos, No importan las dificultades,
Dulce amor a que puedo  temer o que me puede molestar
Las cosas son pasajeras, Dulce amor mi Señor.


sábado, 7 de diciembre de 2013

EL NIÑO

“Deja de soñar niño”, le dijo el maestro, al niño que se encontraba en el aula de aquella escuela semiconstruida, sentado en ladrillos a la par de aquella ventana sin vidrios en donde se filtraba el viento frio. Nunca a este niño lustrador de zapatos, quien no tenia zapatos le podían decir “deja de llorar niño” porque él nunca lloraba solo soñaba, ni cuando su padre llegaba borracho a su casa de cartón construida a  las orillas del basurero municipal y golpeaba la madre por no tener que comer, él soñaba que su padre llegaba a su casa besaba a la madre y a él le tendía la mano con un pedazo de pan, además el niño soñaba en léganos mundos donde libraba grandes batallas salvando a una bella princesa, que le recompensaban con un beso, ese beso que solo su  madre le daba, soñaba que montado en un caballo blanco con su espada dorada, libraba una revolución por todos los miserables de su gran basurero, su país.
“Deja de soñar niño y ponte a estudiar o a trabajar”, le dijo el maestro que le habían robado el corazón.
Salió el niño de la escuela simiconstruida, donde entraba el viento y el frio, en una mano la caja de lustrar zapatos, en la otra su cuaderno y en la mente, las palabras del maestro que  le habían sacado  el corazón “deja de soñar niño y ponte a estudiar o a trabajar”, “a estudiar o trabajar” se pregunto a si mismo el niño, se fue soñando, perdiéndose entre la basura.

La niña observo al niño perderse entre los escombros de un oscuro  mundo surrealista,  y en un punto del tiempo donde concedieron las afinidades los niños se hicieron amigos, ella  tan blanca y linda, fue la bella princesa del niño, y la niña  por ser más hermosa no se alimento, adelgazo y con el tiempo se volvió blanco papel, el niño quiso  escribir en el papel algo hermoso, no tuve tiempo, el viento se lo llevo. Quiso escribir que la amo, que fue su princesa y que sin ella las grandes batallas contra dragones no tienen sentido, ahora la niña se fue y el niño con la caja de lustrar zapatos,  igual  al maestro que le habían sacado el corazón,   lloro, no  soñó que luchaba grandes revoluciones de cambios sociales solo lloro, un dia  las lagrimas cayeron en un blanco papel  que el  viento le devolvió, entre sus  pies descalzos, tomo el blanco y húmedo  papel, y por azares del destino volvió a soñar que en su caballo blanco y espada dorada, peleaba grandes batallas por los faltos de oportunidad, por los olvidados y marginados, por las princesas de flores  marchitas, por los niños de piruetas de esquina, por los viejos de torcida espalda, y aprendió que en las esquinas de las calles de la ciudad que se derrumba, hay un foco de luz de esperanza, en la acción que existe después del sueño. El maestro que también había perdido el corazón le había dicho en un tiempo atrás, “deja de soñar niño y ponte a estudiar o a trabajar” y eso es lo que hizo el niño lustrador de zapatos que no tenía zapatos, se perdió para siempre iluminando y librando  mundos oscuros donde necesitan caballeros de blanco caballo y espada dorada para matar a dragones que con su poderoso fuego esclavizan a los que no han aprendido a soñar  solo llorar.  

AUTOR: MARTIN CABAÑAS